Junji Ito y el éxito del terror

Esta entrada tiene como objetivo analizar el éxito del terror de Junji Ito, mangaka considerado como uno de los mayores exponentes del manga de este género. Aunque tengo varias obras del autor pendientes de leer, he podido hacerla sustentándome en el documental de Naoki Urasawa sobre manga (Naoki Urasawa no Manben), en el que conversa con autores del gremio en sus múltiples episodios. En este va hablando con los autores acerca de su trabajo, y mientras van viendo una grabación del invitado mientras dibuja van analizando y conversando acerca del proceso de creación del manga.

No voy a centrarme en cómo Ito presenta, desarrolla y da final a sus historias, ni analizaré ninguna de sus obras en concreto. Tengo presentes las pocas que he leído, pero me centraré en aquello que considero fundamental para construir una buena ficción de terror: la ambientación, el diseño… que, en última instancia, se traducen al dibujo y estilo del mangaka. Además, es aquello de lo que hablan los autores en el documental, de modo que es claro qué es lo que interesa en este caso a ambos autores: no su faceta como escritores, sino como dibujantes.

 

Terror y sensualidad

Uno de los primeros puntos discutidos en el documental y que Urasawa destaca de la obra de Junji Ito es el frecuente protagonismo femenino en sus historias. Y no solo eso, sino en concreto la belleza y sensualidad de que las dota y con las que las plasma. No se tratan de personajes sexualizados u objetificados para la venta pura y dura, sino de mujeres con una sensualidad especial, digna y misteriosa. Él apunta que esta sensualidad con la que las impregna se expresa a través de las pestañas –que son dibujadas de forma densa- y en los ojos, cuyo brillo es rodeado por un tono totalmente oscuro que conforme va hacia abajo del ojo se esclarece. Delicado y sutil, Junji Ito sabe cómo crear personajes femeninos atrayentes a la vista sin la necesidad de exponerlas como carnaza y objetificarlas. No objetificarlas para el espectador, pero sí para los horrores que las rodearán y a los que se verán sometidas y arrastradas.

 

Según Ito, en los mangas de terror son necesarias las protagonistas guapas, atractivas… Y es que el gusto de verlas compensa y contrasta con el horror y lo grotesco de las historias en las que se ven envueltas estas protagonistas. No solo son así para compensarlo, sino que además es una rápida manera de hacer que empaticemos con ellas y que con un simple vistazo ya nos gusten. Sabemos que no acabarán bien, al menos aquellas que son presentadas como futura víctima, pero su digna y misteriosa belleza nos atrae al instante y nos hace desear que no les ocurra nada.

 

Terror y realismo

Uno de los mayores aciertos del autor a la hora de cultivar el género terror es el estilo mismo de su dibujo. Las personas son representadas de forma bastante realista, y aunque podemos advertir un cierto estilo algo reconocible, las caras y las figuras se ven totalmente naturales. Debido a lo grotesco y violentamente explícito de la mayoría de sus historias, en el documental se ve como Ito usa referencias de libros de medicina o incluso un espejo para verse a sí mismo, de modo que logra que estas sean de lo más realistas, naturales y de lo más viscerales. En resumen, su terror y violencia se sienten terroríficamente cercanos y reales.

 

El propio autor en el documental expone otro de los puntos fuertes de su estilo de dibujo, y es que el realismo en el que este se expresa ayuda a hacer que sus alocadas historias sean más creíbles. Aunque estas sean complicadas de sustentar en una argumentación razonable que pueda exponerse y justificarse verbalmente, sí lo pueden hacer siendo plasmadas de la forma más realista posible y visualmente creíble. Si no puedes engañar con palabras, hazlo con la fuerza de los dibujos, o con otras palabras de Junji Ito: “Si al menos no dibujo los detalles de forma realista, entonces se acaba convirtiendo en una historia ridícula”. Verdaderamente, sus historias necesitan de un dibujo que las hagan creíbles.

En el documental/ diálogo entre los mangakas Urasawa resalta la lentitud del trazo y dibujo de Ito, oponiéndolo a la rapidez de los otros artistas que han pasado por el programa. En ese momento podemos centrarnos en la atención al detalle de Ito en cada sombra, cada arruga y cada trazo de terror imbuido en cada gota, pedazo de carne, decrepitud y elemento grotesco que pueda imaginar el autor. Independientemente de lo surrealista y sobrenatural que el autor plasme en el papel, este logra hacerlo con una exactitud que lo hace creíble y le da vida. Y gran parte del éxito de su obra reside en esto. Sorprende aún más esta actitud si tenemos en cuenta que Junji Ito trabaja mayoritariamente solo, aunque también hay que tener en cuenta que sus tiempos de entregas seguramente serán muy distintos a los de cualquier otro mangaka que trabaje en otros géneros más comerciales, y no en el terror.

 

En un cierto momento se destaca como Ito es incapaz de dejar un espacio en blanco, hablando entonces él mismo de una especie de “fobia al espacio en blanco”. En obras tempranas como Tomie lo que podrían ser estos espacios en blanco serían substituidos por simples fondos negros. Posteriormente, y con la mejora del dibujo del autor, estos se tornarían en paneles inundados por una cantidad de detalles ingentes, en un detallismo barroco ofuscante. ¿A qué se traduce esto en una obra de terror? Tanto los fondos negros como los mejorados paneles llenos detalle y con ínfimos espacios blancos no dejan descansar al ojo. Mientras vamos leyendo la historia y fijándonos en el dibujo que nos la narra también, nos enfrentamos a páginas repletas de detalles, líneas y un sinfín de formas en las que fijarnos. Mientras leemos el ojo no puede parar tranquilo en el horror vacui de Ito, y aunque un fondo negro pueda parecer una zona de descanso visual, no lo es en una historia de terror, pues sabemos que detrás de esta oscuridad puede esconderse algo terrorífico. El enorme detalle constante hace trabajar al ojo en un análisis continuo de aquello que se ve obligado a mirar, volviendo así la experiencia más agobiante. Otro autor sin la atención al detalle y el talento de Ito nos lanzaría a un mar de confusión de líneas indiscernibles, pero gracias a la calidad del dibujo podemos comprender lo que vemos, huyendo así de una confusión que solo haría que desmejorar la experiencia y sacarnos de ese agobio y terror al que nos invita el autor a “disfrutar”.

El episodio en el que Urasawa (Monster, 20th Century Boys, Yawara!…) conversa con Junji Ito (Uzumaki, GYO, Black Paradox…) es el segundo de la cuarta temporada de Naoki Urasawa no Manben, y está totalmente recomendado si queréis además ver a ambos artistas conversar tranquilamente sobre el manga, como comparten sus instrumentos de trabajo y las ideas diferentes respecto a sus modos de dibujar. Poder disfrutar de esta clase de material es una delicia para aquellos interesados en la visión artística y más académica del manga. Poder ver directamente a los autores conversar sobre su estilo, como lo plasman en el trazo, la visión que tienen de su arte y como ambos comparten sus ideas es algo fundamental, o al menos muy importante, para poder producir cualquier tipo de texto teórico acerca del manga. Dicho esto, espero que os haya gustado la entrada y que os haya parecido interesante.

 

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